El enamoramiento lo produce la FEA.
- Salomé Díaz
- 23 oct 2015
- 2 Min. de lectura
Todos estos procesos hormonales que modulan el comportamiento humano en sus relaciones amorosas y sexuales se han ido estudiando con el desarrollo de la Fisiología, primero, y de la Bioquímica, después, a lo largo del siglo XX. Sin embargo, hace apenas 25 años que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa a las neuronas y de allí al sistema endocrino – ya se han descrito antes algunos procesos hormonales relacionados -, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas. El verdadero enamoramiento parece ser que sobreviene cuando se produce en el cerebro una molécula orgánica, la Fenil-Etil-Amina (FEA). Ese estado de felicidad y euforia que manifiesta el enamorado está provocado por la mencionada molécula. Entre las muchas publicaciones relacionadas, se puede mencionar la obra “The Chemistry of Love” de Michael R. Leibovitz, psiquiatra de la universidad de Columbia, publicada en 1983, donde además de otros datos, se propone el efecto afrodisiaco del chocolate en función de su elevado contenido en FEA.

Comúnmente conocida como la “molécula del amor”, la FEA es un estimulante natural, similar a una anfetamina y se propone que a ella se debe la excitación que sienten las personas enamoradas. La teoría que esgrimen los científicos afirma que la producción de feniletilamina feniletilamina en el cerebro puede ser disparada por cosas tan básicas como una profunda mirada a los ojos o un simple rozar de manos. Las sensaciones más embriagadoras, al igual que el rubor, la transpiración excesiva en la palma de las manos, el pulso acelerado y la respiración agitada son explicadas clínicamente como un caso de sobredosis de FEA. No es una explicación muy romántica, ¿cierto? Pero eso no es todo: los investigadores han agrupado las sensaciones de la relación amorosa en tres etapas: deseo, atracción y afecto; y en todas ellas intervienen factores químicos de manera muy decisiva, aunque no queramos excluir a la magia del amor. La secreción de FEA inicia una cadena de reacciones en el cerebro. El efecto primario de la FEA es estimular la secreción de dopamina, un compuesto neurotransmisor que tiene el efecto de hacernos sentir bien, relajados, y es el responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro. La dopamina afecta los procesos cerebrales que controlan el movimiento, la respuesta emocional y la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer. La secreción de dopamina, estimulada por la FEA, induce un proceso de aprendizaje positivo en el cerebro, que es el responsable último de transformar lo que era un simple deseo con fines sexuales en algo mucho más profundo, la atracción mutua. La dopamina refuerza el impulso que repite el estímulo y así nacen las relaciones entre dos enamorados. Asimismo se estimula la producción de oxitocina, a la que también se conoce comúnmente como “la hormona de los mimos”. Esta hormona, además de estimular las contracciones uterinas para el parto y provocar la secreción de la leche, parece ser un mensajero químico en el deseo sexual. Estos compuestos combinados hacen que los enamorados puedan permanecer horas haciendo el amor y noches enteras conversando, sin sensación alguna de cansancio o sueño.

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